Nos venden una imagen de Asturias que ya no reconocemos ni los que vivimos en ella. Turismo de naturaleza, paisajes de postal y buena gastronomía. Pero de un tiempo a otra parte nos levantamos rodeados de incendios, osos muertos que aparecen en arroyos y lobos colgados de señales de tráfico.
Con el olor a cenizas en el aire, la sensación más grande de incomprensión que nunca antes experimente y una inmensa tristeza y dolor, me siento delante de este medio para escribir.
Esta es una carta abierta a todo aquel que quiera leerla o pensar acerca de daños causados por animales salvajes y la actitud que toman ante estos daños tanto quienes los ven desde fuera como quienes los sufrimos directamente.
El primero que probó la miel de la cosecha de este año fué el “amigo oso”. Antes incluso que el que escribe o las propias abejas, un macho adulto se encontró en su devenir con uno de nuestros colmenares del que dió buena cuenta.
Ayer fue un día triste para todos los que amamos nuestra Tierra, la naturaleza y sus montes, una vez la mano del hombre se lleva hectáreas de matorral, árboles y riqueza vegetal por delante. Ver las llamas llegar hasta el pie de la carretera -ese inmenso cortafuegos de asfalto-, castaños centenarios ardiendo, bomberos …
Como cada primavera toca abrir nuevos colmenares para seguir creciendo. Vuestra confianza hace que necesitemos poner más colmenas en el monte al sólo vender lo que nosotros mismos somos capaces de producir.
Nuestra visita invernal fue muy agradable, el día acompañaba y eso en pleno invierno invita a recorrer nuestros colmenares, como las personas y el resto de miembros del Reino Animal, cada colmena es un mundo, todo influye desde la reina a la orientación de la colmena.
Arranca la temporada, tras un invierno frío y húmedo como los inviernos a los que se referían desde siempre nuestros mayores, esperamos con ansia la llegada de la primavera.
Desde mediados de Junio estamos haciendo todos los lunes a las 11.00 y a las 17.00 en el pueblo de Trabáu (Degaña, Asturias) una ruta de unas 3 horas de duración con todo aquél que se acerque a conocer la apicultura artesanal tradicional de primera mano.
Estas fotos son de un día como hoy de 2013, hace un año tomábamos la firme decisión de restaurar un cortín tradicional que llevaba casi 50 años en desuso en la parroquia de Taladrid en Ibias. Un cortín para los menos familiarizados es una estructura de piedra, normalmente cilíndrica, que servía y sirve para proteger a las colmenas del ataque del oso, desde siempre presente en nuestros valles. En los próximos días os iremos colgando fotos del proceso, sirva como adelanto dos imágenes de como nos lo encontramos el pasado otoño.
Es un proyecto especialmente ilusionante para el que escribe, un “cortín” no es solo un montón de piedras, es un símpolo de la arquitectura popular del Suroccidente Asturiano, una pieza importantisima de nuestro Patrimonio Cultural,, olvidada por la Administración. La mayoría de los que aún existen se encuentran en estado de abandono o completamente hundidos.
En los próximos días iré compartiendo cono vosotros más imágenes del proceso.
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