Desperezándose y orientándose

Nuestra visita invernal fue muy agradable, el día acompañaba y eso en pleno invierno invita a recorrer nuestros colmenares, como las personas y el resto de miembros del Reino Animal, cada colmena es un mundo, todo influye desde la reina a la orientación de la colmena.
En el colmenar situado en el Bosque de Outurelos (de ahí el nombre) empezó nuestra andadura en la apicultura y como parte viva de nuestros orígenes sigue muy activo.
Cada colmenar presenta un ritmo diferente, algunas colmenas aún no han roto el piño invernal en el que las abejas se aletargan esperando climas más benignos para su quehacer diario. Otras ya empiezan a desperezarse con tímidos vuelos de inspección.
En estas fechas la sensación dentro del colmenar es extraña, reina la calma y no el zumbido continuo que dentro de poco más de un mes aturdirá nuestras cabezas. En algunas colmenas puede observarse el bello arte de la orientación, son las menos, aún es pronto.
Las abejas se orientan saliendo poco a poco de la colmena, volando a poca distancia y bailando delante de su colmena, es así como distinguen cuál es su casa en medio del colmenar.
Ya está aquí la primavera, la Erica arborea (Uz brancal) y la Erica australis(Uz moural) -como la de la foto superior- empiezan a abrir sus flores. Si sigue lloviendo y el sol acompaña en los meses de febrero, marzo y abril, la cosecha que tendremos de “Miel de brezo primavera” será buena, aún queda mucho porque quedan muchos días de frío, pero poco a poco salimos del invierno.

