Sentimiento de impotencia

Ayer fue un día triste para todos los que amamos nuestra Tierra, la naturaleza y sus montes, una vez la mano del hombre se lleva hectáreas de matorral, árboles y riqueza vegetal por delante. Ver las llamas llegar hasta el pie de la carretera -ese inmenso cortafuegos de asfalto-, castaños centenarios ardiendo, bomberos desbordados ante tanto frente que combatir, los “trobos” de un viejo cortín rodeados por unas llamas que estarían asfixiando a todas las abejas que no saben escapar… me hace sentir impotente.
Año tras año, el monte arde y las sanciones no llegan, año tras año el refugio de insectos, anfibios, reptiles, mamíferos y aves desparece dejando tras de si ceniza. ¿Cual es el fin de incendiar el monte?, ya no hay ganado en el monte, o muy poco y nadie se va a dedicar a segar la poca hierba que pueda brotar.
Lo que sí se es que la naturaleza tarda mucho tiempo en crear lo que la mano del hombre quiere destruir, nuestros montes cada vez están más erosionados, ¿qué futuro vamos a vender?, ¿por cuanto tiempo vamos a poder presumir ante el mundo de vivir en un Paraíso Natural?
